lunes, 7 de junio de 2010

LA ESCRITURA

La escritura es interacción, comunicación entre individuos. La escritura de literatura es la posibilidad de llevar a su máxima representación dicha comunicación, y para hacerlo es necesario jugar, buscar los límites del lenguaje, transgredir las fronteras del tiempo y del espacio, y hacer posibles a los personajes, darles vida como para que todo el mundo se identifique con ellos, para que diga, qué bueno, no soy el único a quién le ha pasado.

Para hablar de la escritura empezaré por decir que una página en blanco es para mi la nada, y como en la mayoría de las mitologías, la nada es el principio, dentro de la nada empiezan a aparecer, a medida que se escribe, la oscuridad, el agua, la tierra, hasta que finalmente hace su intervención la luz. Entonces se vislumbra el camino que ha de seguir el relato, el personaje se engendra ya en un contexto, en un mundo, en una atmósfera que crean esas primeras letras escritas.

Como podemos ver, el acto de escritura no conoce fronteras, es tan limitado como la imaginación misma. Se puede empezar a escribir con el texto resuelto desde el principio o como en el caso anterior simplemente se le puede dar rienda suelta a la imaginación. Escribir entonces se nos presenta como un infinito de posibilidades que se van condicionando a medida que se escribe. En la escritura es necesario tomar decisiones y dichas decisiones tendrán un carácter trascendental en el relato, dependiendo de lo que se quiere lograr con el escrito.

En el momento de crear el mundo, la atmósfera y la tensión, se hace evidente la necesidad de la contemplación estética y funcional de las imágenes. Tenemos que partir de la idea de que para hacer arte se necesita antes ser artista, y para ser artista, es necesaria una contemplación artística singular, única, que represente ideas, destellos, lo más trascendentes que se puedan, se necesitan ganas de comprender el mundo, ganas de sentir y de vivir –así el vivir desemboque en la contradicción que representa el vivir muriendo y por tanto, renaciendo constante mente- todo lo que se pueda.

Si aplicamos la escritura en el aula eso es lo primero que tenemos que enseñar, tenemos que mostrar al lenguaje como el arte de comunicarnos, tenemos que abrir las posibilidades ya que el español es nuestra lengua materna y la utilizamos, por tanto, la conocemos.

El contemplar la clase de español como arte representaría muchas cosas un tanto osadas con el sistema educativo que nos corresponde –esa maldita manía del el sistema que se cree con el derecho de exigir resultados-, pero se puede lograr aprovechando el tiempo, utilizando al arte como medio de enseñanza, la posibilidad de crear arte como medio de expresión.

La escritura como todas las actividades que debe realizar el hombre, ha de ser por placer, así se trate de un placer sadomasoquista debe haber placer. Se debe escribir por gusto, sin límites, para el todo, para uno mismo como lector y para el universo mismo, se debe escribir para la historia, para el futuro, como si se estuviera componiendo el más dulce de los sueños o la más horrorosa de las pesadillas. Mientras se escribe se debe vivir dentro de la historia, se debe sufrir como el personaje y morir como el villano.

Pablo S Arias.

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